La necesidad de volver a los principios básicos Ángel Martínez Murcia 28 diciembre de 2010

Al iniciar dos mil once, el animo esta quebrado por la dureza de una crisis que ha llegado a todos los rincones y que su principal y mas grave exponente lo son los mas de cuatro millones y medio de parados, y según el ultimo informe del Banco de España, el cuarenta por ciento de ellos se encuentra en familias con todos sus miembros en paro, una realidad que demanda acometer todas las acciones posibles para incentivar la creación de empleo, a la vez que garantizar la solidaridad que es preciso llegue hasta estas familias.

Pero igualmente conocemos de la capacidad de reacción y de la potencialidad de nuestro País para recuperar la actividad económica y la creación de empleo, así como de las dificultades y rigideces que la condicionan. Los últimos datos conocidos estiman que mientras otros países de la Unión Europea están consolidando su recuperación con un crecimiento del 1.6% para 2010 y del 1.4% para 2011, la economía española aún decrecerá en 2010 el 0.3%, y la estimación de crecimiento para 2011 es del 0.6%.

El alto déficit de las Administraciones Publicas y el endeudamiento acumulado de estas, junto a las entidades financieras y las empresas plantea unas necesidades de financiación para 2011 muy importantes y ante la falta de confianza de los inversores en nuestra capacidad de recuperación supone que el diferencial a pagar por el crédito exterior supere los doscientos cincuenta puntos frente al bono alemán, todo ello conlleva evidentemente mayores costes y dificultad para afrontar el déficit y las inversiones productivas que son imprescindibles para incentivar la recuperación.

La necesidad de llevar a cabo las reformas estructurales que la economía española necesita, se hacen extremadamente evidentes para afrontar los cambios que la economía necesita para mejorar la productividad, porque si esta crisis ha puesto en evidencia las principales debilidades, entre ellas la falta de  de competitividad, como indicaba recientemente Joaquín Estefanía, cuando indicaba que el problema no es la crisis que nos llego de fuera sino la falta de competitividad estructural de la encomia española que ha aflorado en toda su dimensión con esta.. Y  ello solo será posible a través de un Gran Pacto de todas las fuerzas políticas y sociales, o al menos, entre los dos grandes Partidos, con independencia del tiempo electoral

Un Pacto de Estado que permita recuperar la confianza, que incentive la inversión y la recuperación del crédito exterior e interior, que recupere el consumo y sobre todo la capacidad competitiva de nuestras empresas en el exterior para acabar con el déficit crónico de la economía española y en el interior para poder competir con las importaciones en calidad y precio.

Afrontando definitivamente el marco AUTONOMICO, que está conllevando duplicidades en competencias y disfunciones administrativas, acordando la reducción de burocracia para reducir los costes y facilitar la puesta en marcha de la actividad empresarial.

Para eliminar situaciones como la actual carga impositiva de la SEGURIDAD SOCIAL es de mas altas de la Unión Europea, según el informe Doing Business 2011 que elabora el World Economic Forum, y supone el 34.9% de la masa laboral de cada trabajador, mas de once puntos pon encima de la media de la OCDE, actuando como costes directos de la producción, conforman una barrera, una clara desventaja a la hora de poder competir en precios en el exterior y también en el interior, lo que da ventajas innecesarias a los productos importados, a la vez que de perdida en nuestra competitividad exterior.

La reforma LABORAL, es vital para garantizar la estabilidad en el empleo y reforzar los derechos de los trabajadores, a la vez que permitir e incentivar la movilidad, es preciso posibilitar que los salarios puedan estar, además, indiciados a la productividad, eliminado rigideces y corsés que en nada favorecen al trabajador y a la creación de empleo.

La reforma de las PENSIONES Y de la SANIDAD, es igualmente necesaria para adecuarse a la nueva realidad que conlleva la evolución de la población y el empleo. Como lo es la de afrontar la EDUCACIÓN, FORMACIÓN PROFESIONAL Y UNIVERSITARIA desde una perspectiva unitaria, tanto en los medios como en la financiación, para ajustarse a las nuevas demandas profesionales.

Así como afrontar la reducción de los costes de la ENERGIA, conscientes de que España no puede seguir dependiendo de la importación del ochenta por ciento de la energía que consume, y tampoco seguir creyendo que la solución está solo en las renovables, sino que ha de implicar todas las energías y singularmente la energía nuclear. Recuperar la Unidad de mercado, y una política FISCAL estable e incentivadora de la inversión empresarial es imprescindible, ahora la realidad es que el esfuerzo fiscal en España es el quinto más alto de la Unión Europea.

El acuerdo y la puesta en marcha de estos grandes temas se hace extremadamente urgente y vital para recuperar la confianza y el crédito, y consecuentemente la inversión y la creación de empleo.