ESTRATEGIA, OBJETIVOS Y METAS

Antes de definir que es la Estrategia, hemos de tener presente que los dos principales errores en la configuración de la Estrategia son: a).- Actuar antes de tiempo, b).- Dejar pasar la oportunidad, por ello, hay que ver cada situación (momento), como si fuera el único (sin recetas ajenas).

La Estrategia en sus orígenes fue la disciplina o el arte del que manda o dirige. ESTRATEGOS, de donde procede Estrategia, era el General con mando en el ejército, y se denominaba ESTRATEGIA a la junta de genérales responsables de las distintas áreas en Atenas.

La Estrategia podríamos definirla como el arte de y la ciencia que nos permite poner en valor y desarrollar todas las fortalezas de la empresa, asegurando no solo su supervivencia sino situándola en la mejor posición competitiva posible.

La dirección estratégica se conforma realmente como un proceso continuo de toma de decisiones, en función del que hacer, como hacerlo, el cuándo y quien lo hace. Evidentemente, en todo este proceso de planificación, es la Dirección General quien establecerá la visión, la misión y la filosofía de la empresa.

La visión de la empresa es el resultado de la experiencia y de la acumulación de información, y la misión es la que define la razón de ser de la empresa, y por tanto las decisiones estratégicas.

A veces se desconoce la relación entre la Visión y la Estrategia, así visión es la elaboración de una imagen mental de cómo se debería ver algo en el futuro. Mientras que estrategia es una descripción verbal del concepto de negocios que realizará la empresa para llevar a cabo esa visión.

El objetivo básico de toda estrategia consiste en lograr una ventaja competitiva. Una compañía necesita emplear estrategias que se fundamenten en sus recursos y capacidades, como también, estrategias que generen recursos y capacidades adicionales (es decir desarrollar nuevas habilidades) y por tanto, aumentar su posición competitiva a largo plazo.

En la estrategia existen dos aspectos fundamentales que son la base principal para su éxito, la formulación (elaboración) y la ejecución (puesta en práctica). La elaboración de la estrategia y su ejecución requieren capacidades distintas, así para su elaboración se precisa actitud conceptual y capacidad analítica, mientras la ejecución precisa de liderazgo y motivación, en definitiva de capacidades directivas.

Adoptar la estrategia y trabajar por objetivos obliga a orientar todas las actuaciones de la empresa a la consecución de los objetivos planteados. Significa tomar decisiones mediante la planificación estratégica e involucra a la totalidad de las estrategias y objetivos funcionales relaciones entre sí de manera coherente.

La planificación que conduce a la formulación de una estrategia de empresa sigue este proceso: (a) decidir sobre los objetivos y metas de la empresa, (b) obtener los recursos necesarios para alcanzar esos objetivos, y (c) distribuir los recursos entre las diferentes actividades de manera que los objetivos sean alcanzados.

Objetivos y Metas, es necesario hacer una diferenciación entre objetivos y metas: Los objetivos son declaraciones generales que describen la dimensión, el campo de acción y el estilo de la empresa a largo plazo. Incorporan los valores y las aspiraciones de los directores en base a su estimación del entorno y de las capacidades y puntos fuertes de la empresa. Por ejemplo, el objetivo financiero de una gran empresa multinacional y diversificada podría ser el de situarse entre el 10% de las empresas con mayor tasa de crecimiento  del índice de beneficios por acción a nivel mundial.

Las metas son declaraciones, más específicas, de los resultados a obtener para unas fechas determinadas. A nivel de empresa, estas declaraciones incluyen con toda probabilidad metas de ventas, de beneficios, y de beneficios por acción. Los presupuestos anuales constituyen metas a todos los niveles de la organización.

Lo que todo buen profesional debe tener es – empatía y sentido del compromiso, al igual que pasión por los retos y mantener la distancia con el cliente-. Para ello en primer lugar debe saber que lo más importante es –saber escuchar y aconsejar, sin dejarse llevar-.

Anticiparse al futuro, es implicarse plenamente en la economía del conocimiento, en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, haciendo de la transformación de la estructura productiva nuestro principal reto.