Si la semilla se planta en tierra fértil nace, pero para poder desarrollarse necesita del compromiso de las Administraciones Publicas, para crecer y dar frutos, para ello precisa de apoyos ciertos, no con subvenciones, sino con la exención de los costes fiscales y costes de licencias, durante los primeros años, para fortalecerla y que comience a generar recursos para su desarrollo, para el equipo humano y el capital, y para la sociedad con el pago de los impuestos y devolver a la sociedad el apoyo recibido.
En el origen, en la creación de la Empresa, podemos encontrar que hay quien tiene la IDEA, pero no es capaz de hacerla realidad, de andar el camino de la producción, que hay quien tiene la capacidad de hacer el camino, pero no de tener la idea, y hay quien no tiene lo uno ni lo otro, el Emprendedor, pero tiene la capacidad de atraer a unos y a otros, y hacer con ellos el milagro de poner en marcha el proyecto y hacerlo vivir y desarrollarse, conjuntar esfuerzos y compromisos es absolutamente necesario para impulsar el emprendimiento, motor fundamental para el desarrollo social y económico de personas y territorios.
El Emprendedor es el corazón de la empresa, y la Empresa es el motor de desarrollo de la actividad económica y social, debe tener empatía y sentido del compromiso, al igual que pasión por los retos y tiene muy presente, que lo más importante, es saber escuchar y después decidir, consciente de que el éxito o el fracaso de una empresa está en la gestión, por lo que el Emprendedor ha de rodearse de un equipo plenamente implicado en su consecución.
Impulsar la creatividad y la motivación para asumir el riesgo de un nuevo proyecto, de una nueva empresa es absolutamente necesario, porque es en la Empresa y el equipo humano que la compone, donde se genera riqueza y empleo, donde se generan beneficios que han de servir a la Sociedad, para seguir impulsando el desarrollo social de sus ciudadanos, y seguir contribuyendo a impulsar nuevos proyectos,