Aunque entramos en la fase uno en la mayoría de las Comunidades Autónomas y esto nos abre a sensaciones nuevas de casi libertad, no podemos olvidar la situación que estamos viviendo y pensar en las consecuencias de perdidas humanas y de todo tipo que esta conllevando y conllevará, la preocupación sea cual sea nuestra profesión es un hecho cotidiano, porque nada ni nadie nos puede anticipar cuando y como se va a resolver esta gravísima crisis.
Tratando de en estos momentos en que además el mundo esta inmerso en la denominada cuarta revolución industrial, industria 4.0, las tecnologías de la información y la comunicación: Ordenadores, tablet, teléfonos móviles, video llamadas, cualquier niño y de cualquier edad los maneja con soltura, porque son ellos los que conforman y harán realidad esta nueva revolución de robots para realizar la cuasi totalidad de los trabajos mecánicos y mas.., puede que hasta que pueda causar preocupación hasta donde podremos llegar.
En este tiempo por tanto también de reflexión y de llevar la mente a otros estadios, recuerdo que en el pasado, cuando los ordenadores eran solo posible en la imaginación de los mas visionarios, saber si una operación aritmética era correcta, estaba bien, era muy importante para el alumno, que evidentemente no disponía de aparatos electrónicos para comprobarlo, el maestro nos explicaba que efectivamente era comprobable, y muy fácil en las divisiones, multiplicando el resultado por el divisor y sumándole el cociente, en las restas, sumando el resultado al sustrayendo, y en la multiplicación, hoy queremos, como anécdota de un pasado ya en el olvido, o para aquellos que deseen recordarlo, o conocerlo, rememorar la prueba del nueve:
Se hace una cruz y en la parte superior se coloca el resultado de ir sumando uno a uno los números del multiplicando y cuando su suma sobrepasa el 9, se le restaba 9 (fuera nueve), y así sucesivamente hasta finalizar la suma del multiplicando. Esta operación se realiza igualmente con el multiplicador y el resultado se pone en la parte baja de la cruz, se multiplican el numero del multiplicando por el del multiplicador y si el resultado es superior a 9, se le resta 9 (fuera nueve).
La cifra resultante es siempre inferior a nueve y se pone a la izquierda de la cruz, se suman los tres numerosa obtenidos de la cruz y si es superior a 9 se le resta 9 (fuera nueve) y el resultado final se pone a la derecha de la cruz, y si la multiplicación esta bien, es correcta el numero de la derecha es igual al numero de la izquierda, si no esta bien la multiplicación no coincidirán.
Una prueba practica es comprobar si el resultado de cualquier multiplicación, en este caso lo haremos de 32.673 por 976 y el resultado obtenido de 31.888.848 veremos si es correcto o no:
Números del multiplicando 3+2+6=11-9=2+7+3=12-9=3 que ponemos en la parte alta de la cruz.
Números del multiplicador 9+7=16-9=7+6=13-9=4 que ponemos en la parte baja de la cruz.
Multiplicamos el 3 de la parte superior por el 4 de la inferior y nos da 12, 1+2 y por tanto el resultado es 3 que pasa a la izquierda de la cruz.
Ahora sumamos, el 3+4+3 y nos da 12, y por tanto 1+2 que es igual a 3, que ponemos a la derecha de la cruz y constatamos que coincide con el de la izquierda, por lo tanto la operación es correcta.
3
3—I—3
4
Al igual que hemos aceptado y cumplido las indicaciones del Gobierno de España y las Comunidades Autónomas y hemos estado confinados y respetado todas sus indicaciones, también somos conscientes de que ahora no es el momento de las criticas, sino del apoyo, de ayudar al consenso y que los Lideres de los Partidos con que contamos, sean capaces de alcanzar los acuerdos necesarios para junto a la Sociedad a la que sirven, encontrar y poner en marcha todas aquellas acciones para ayudarnos a salir de esta gravísima situación sanitaria, y para reducir y las consecuencias sociales y económicas que se esta llevando consigo la pandemia.
Y sí han sido capaces, de renunciando a parte, alcanzar el Consenso y el respaldo de la mayoría Parlamentaria y de los representantes Sindicales y Empresariales, y que represente a la mayoría de ciudadanos de este País, absolutamente necesario para poner en marcha un gran plan inversor conjuntamente con las Comunidades Autónomas que no solo sea capaz de suturar sus consecuencias, sino de impulsar la economía española hacia la cuarta revolución industrial.
Al igual que cuando habíamos realizado la operación matemática, hacíamos la prueba para ver si el resultado era el correcto, no tengan la menor duda de que el pueblo español, pasada esta pandemia, hará reflexivamente la prueba del nueve a las decisiones y acciones adoptadas durante la misma y las medidas aplicadas para la recuperación y singularmente a los resultados obtenidos, entonces y no ahora será el momento del reconocimiento o de la critica.