La gravísima crisis sanitaria generada por el COVID 19 en que seguimos inmersos, con muy graves consecuencias para la salud y para las familias, que además se han visto afectadas por la reducción de la movilidad y la pérdida de empleos. Una crisis que ha conllevado la reducción de la capacidad productiva, problemas de suministro, caída de la demanda interna, y un muy importante retroceso en el crecimiento de la economía del que se está saliendo, y que ha conllevado, como por ejemplo, el incremento de los precios.
Las muy graves consecuencias de esta pandemia han llevado a la Unión Europea a la creación del programa de apoyo financiero para la recuperación, NEXT GENERATION EU; entre sus objetivos se encuentran reactivar la economía, a la vez que afrontar los grandes retos a los que se enfrentan para competir con el resto de las economías avanzadas, además de la defensa del medio ambiente, impulsando una economía más ecológica y eficiente.
Uno de los problemas medioambientales al que se enfrenta la Unión es el del transporte por carretera, que además tiende a colapsarse en determinadas autovías y autopistas. En este compromiso de reducir la huella de carbono producida en el transporte por carretera, la Comisión Europea presentaba el 14 de diciembre de 2021 su propuesta de revisión del Reglamento sobre la Red Transeuropea de Transportes (RTE-T), con un objetivo doble: por una parte, potenciar el desarrollo del transporte ferroviario trasladando parte del transporte por carretera (subiendo los remolques e incluso a las cabezas tractoras al tren) desde el origen hasta su destino, lo que conllevaría reducir drásticamente la huella de carbono, un compromiso que puede ayudar definitivamente a España a poner plenamente en valor el Corredor Ferroviario del Mediterráneo entre la frontera y Algeciras.
El Corredor Ferroviario de mercancías del Mediterráneo articula y conecta todas las Comunidades autónomas del Arco Mediterráneo español, desde la frontera hasta Algeciras: Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía, un área socioeconómica que representa en torno al cincuenta por ciento de la Población y del Producto Interior Bruto español, a la vez que, el principal productor de frutas y hortalizas con destino al resto de los países de la Unión, que conjuntamente con la autopista Mare Nostrum conforman el mayor eje de comunicaciones de España y uno de los principales de la Unión Europea, que ya lo era como la calzada romana Vía Augusta.
Es por tanto más que un corredor, es un eje vertebrador del territorio, e intercomunicación entre el norte y el sur de Europa, conectando todos los puertos de la fachada mediterránea, que pueden y deben conformarse como puerta de Europa, ya que por el Mediterráneo pasa el mayor tráfico marítimo del mundo, y puede servir, además, de puente con el continente africano, cuyo despegue y desarrollo es fundamental para España y singularmente para todos estos territorios.
La situación de España en el sur de Europa, se conforma como una fortaleza, una gran oportunidad dada su posición en el Mediterráneo por el que circula el mayor tráfico intercontinental del mundo, por ello dedicar los recursos necesarios para la realización del Corredor Ferroviario del Mediterráneo, como viene demandando FERRMED, con doble corredor desde la frontera hasta Algeciras, debería ser una absoluta prioridad, al permitir conectar todos los puertos de la fachada mediterránea, incluyendo el nuevo puerto de El Gorguel en Cartagena, y conformar a España en la puerta de entrada a Europa en los tráficos con Asia y como puente con el norte de África.
Actualmente los puertos de la fachada mediterránea solo suponen el 27% del total del trafico portuario, una realidad que puede cambiar si se desarrolla plenamente el corredor y se interconecta con todos los puertos, lo que llevaría a España poder alcanzar en el horizonte de los próximos diez años el 40% del total, conformando a toda esta gran área socioeconómica como una de las principales plataformas logísticas de la Unión Europea.
Aprovechar las ventajas diferenciales es fundamental en toda actividad económica, en el caso de España su situación en el Mediterráneo la conforma como una excelente oportunidad para el desarrollo de la logística con el mayor respeto al medio ambiente, por ello sería necesario que se priorizaran recursos de los procedentes de la Unión Europea y responder a una de las principales preocupaciones, el medio ambiente.
En consecuencia, seria necesaria una priorización en la utilización de los fondos europeos para la realización del Corredor Ferroviario del Mediterráneo en doble plataforma para las mercancías y en alta velocidad para los pasajeros, en ancho europeo para que la interconexión con el resto de Europa sea eficiente y dejen de tener que perderse de 10 a 14 horas en todo tren que sale de España hacia el resto de los países por la necesidad del cambio de vía, del ancho español al ancho europeo, a la vez que interconectar todos los puertos de la fachada mediterránea, conformándola como la gran plataforma logística en el sur de Europa, y al corredor como uno de los principales ejes de comunicación en la Unión Europea, lo que conllevará un importante desarrollo del sector de la logística y el transporte, y singularmente de creación de empleo y riqueza.