Las líneas ferroviarias de alta velocidad son uno de los principales instrumentos que estructuran y reorientan el devenir de las regiones europeas. El espacio europeo se va a redistribuir en función de este nuevo medio de transporte,
que va a influir decisivamente en la localización y modos de vida diferentes.
La Métropole Inachevée
Es hora de que se cumpla lo prometido tanto por el Partido Popular como por
el Partido Socialista, como recoge su programa electoral, asumiendo expresamente que “los proyectos para el desarrollo de la red de alta velocidad garantizarán velocidades de proyecto iguales o superiores a los 300 km/h, ya que de
lo contrario se hipoteca el futuro del transporte ferroviario, condenándolo a
una calidad insuficiente para las próximas décadas” “considerando de gran
urgencia la implantación A).- Alta Velocidad Cartagena – Murcia – Albacete a la
velocidad de 300/350 km/h”. De lo contrario, añade, quedará reducida la capacidad de crecimiento económico y social de la región, dada su situación estratégica en el arco mediterráneo, su potencialidad de desarrollo en sectores
clave para la economía regional y nacional, en la industria y los servicios, tanto
en logística como turismo y servicios a las empresas, en la nueva realidad internacional de continua globalización.
España nunca sería una plataforma logística intercontinental si no se desarrollan los puertos y la zonas de apoyo logístico e intermodales, conectadas con
un corredor ferroviario para mercancías que partiendo de Algeciras continúe
por todo el Arco Mediterráneo hasta el norte de Europa, como plantea la propuesta de FERRMED. Por ello es preciso que todo el corredor mediterráneo se
incluya en los Ejes Prioritarios Transeuropeos. El transporte ferroviario de mercancías se configura como un sector estratégico, por ello es fundamental la conexión con los Puertos de Escombreras y El Gorguel, la ZAL portuaria de Cartagena y la ZAL de Murcia.