LIDER Y LIDERAZGO

No hay proyecto sin Líder, no hay cambios y transformaciones para mejorar la sociedad o la propia actividad productiva sin lideres. No hay futuro sin lideres que se anticipen a las demandas y o necesidades de los ciudadanos o de los accionistas, contribuir a la formación de los lideres es una necesidad que hay que impulsar desde la infancia.

Reafirmar la importancia del compromiso con los demás, de la necesidad de afrontar nuevos retos y objetivos, de servir a los ciudadanos y o los accionistas, es una necesidad que debería ser compromiso principal y permanente en la educación y en los programas de formación.

El Líder es aquel capaz de inspirar confianza y seguridad en que se conseguirán los objetivos propuestos, es aquel capaz de motivar y conciliar deseos y oportunidades, es capaz de conformar equipos que sumen sus esfuerzos en un proyecto común.

El Líder es aquel que encabeza un movimiento (que puede ser social, religioso o político), que dirige o lidera una empresa o un grupo de personas, es aquel capaz de generar una corriente de confianza que envuelve y genera seguridad y adhesiones, es aquel capaz de sumar y sumar, para juntos alcanzar los objetivos que se han propuesto.

El Líder es consciente de que los demás pueden tener visiones distintas de una misma realidad, que aunque no coincidan con la suya, no por ello están equivocados, escuchar, aprender y escuchar, buscar el mejor camino desde la reflexión y el análisis y el consenso sobre que opciones elegir entre las distintas opciones o alternativas es la principal responsabilidad del dirigente, buscando siempre lo mejora para el conjunto de la sociedad y o de la empresa.

El Liderazgo es una necesidad básica en la dirección y gestión de las cosas, el Líder necesita “escuchar, escuchar y aprender, no siempre se tiene razón o toda la razón, el Líder ha de transmitir credibilidad y confianza, generando adhesiones y compromisos.

 El mayor enemigo de todo Líder (social, empresarial o político), son los aduladores, los que dicen siempre que sí, y no cuestionan sino alaban la gestión del dirigente.

 El arte de la dirección consiste, especialmente, en “conseguir que las cosas ocurran” no solo en tomar decisiones brillantes o complejas y manejar metodologías (Peter Drucker.