LOS TEMPLARIOS: El Camino de la Vera Cruz

El Camino de la Vera Cruz, comparte con el Camino de Santiago el mismo recorrido hasta que en el Puente la Reina se separa (entre el principio y el final del viaje en este viejo e histórico Camino de la Vera Cruz o Ruta de los Templarios se recorren alrededor de 870 kilómetros) para seguir por Artajona, Larraga, Castejón y Tudela entre otras poblaciones de Navarra, para continuar por el territorio de Aragón, Zaragoza, Teruel, Castilla, Cuenca, Valencia, Albacete hasta llegar, en el antiguo reino de Murcia, a la Basílica-Santuario de la Vera Cruz, en Caravaca, a cuyas puertas se encuentra la escultura del El Peregrino realizada por el Maestro Antonio Campillo.

La ciudad de Caravaca de la Cruz, es una de las cinco Ciudades Santas del mundo, junto a Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. La concesión por parte de la Santa Sede de Roma a la Basílica-Santuario para celebrar el año jubilar cada siete años, a partir de 2003, no solo nos llena de satisfacción, sino que nos obliga a rememorar su realidad histórica y a recuperar el viejo Camino de la Vera Cruz desde los Pirineos hasta la Ciudad Santa de Caravaca.

Recuperar y poner en valor el CAMINO DE LA VERA CRUZ es absolutamente necesario, para reafirmar la realidad de la Ciudad Santa de Caravaca y singularmente posibilitar el acercamiento de los Peregrinos a la Vera Cruz a través de este histórico Camino. A mediados del siglo XIII y, mucho mas aún, en los siglos posteriores, era una realidad el Camino de la Vera Cruz, que atravesando los Pirineos, o bien en Roncesvalles o bien en el Puente la Reina, se iniciaba el Camino de peregrinación hacia la Ciudad Santa de Caravaca de la Cruz, en el noroeste del Reino de Murcia, en donde se encontraba un Lignum Crucis, una astilla de la Cruz en que murió nuestro Señor Jesucristo.

Desde 1231 esta constatada la existencia del Lignum Crucis en Caravaca de la Cruz, así como la presencia de los Caballeros de la Orden del Temple, que se cree que fueron ellos los que trajeron consigo la astilla del Lignum Crucis, desde su legendario origen en Jerusalén, coincidiendo con la sexta o séptima de las  Cruzadas.

A Caravaca de la Cruz se ha llegado históricamente por el denominado Camino de la Vera Cruz, de constatar esta realidad y de su recuperación y puesta en valor se encargó, por la Obra social de la Caja Mediterráneo, a Lázaro Gimenez de Natursport quien no solo confirmo esta realidad, sino que se ocupo de su señalización y de la realización del mapa que se adjunta en donde aparecen todas las ciudades y poblaciones por las que pasa, con cuyos Ayuntamientos se ha reunido y adecuado la información y la documentación a la información facilitada.

La escultura de El Peregrino del maestro Antonio Campillo señala el final del Camino a las puertas de la Basílica-Santuario, y fue realizada por encargo de la Obra Social de Caja Mediterráneo.