El Sureste en el III Plan de Desarrollo. 1972-1975 (1) Un espacio común de desarrollo

 

El Sureste ha sido y es una realidad histórica y territorial, y así se recogía en el III Plan de Desarrollo Económico y Social del Sureste Español, en los datos que se aportaban del estudio que la Comisión llevo a efecto para su realización, ya se constataban importantes diferencias a partir de los años 60, en que se constataba que la provincia de Murcia no se incorporaba plenamente al desarrollo que se iniciaba a nivel nacional, y especialmente en las zonas turísticas, y ello a pesar de su excelente situación geográfica. Por 0tra parte nos muestra el olvido de la provincia de Murcia en las previsiones en infraestructuras, al confirmar su exclusión del Plan REDIA, una realidad que se sumaba a su situación en la educación, puntales ambos fundamentales para el desarrollo. Mientras que si estaba en sus planteamientos el impulso a la industria en el Valle de Escombreras como base del desarrollo industrial del Sureste.

En realización del III Plan de Desarrollo, se recogía el trasvase Tajo-Segura como motor fundamental en el desarrollo de estos territorios. El objetivo del estudio era descubrir las oportunidades que, como consecuencia del trasvase de aguas del Tajo al Segura, se presentaban para el desarrollo industrial del Sureste, y más concretamente, de todas aquellas actividades directa indirectamente relacionadas con el complejo industrial del valle de Escombreras (página 333).

Reconocida la capacidad dinámica del trasvase como impulsora del desarrollo de la Región, resulta, sin embargo, indudable que este puede ser cuantitativa y cualitativamente muy diversa, según se aplique el agua a unos u otros usos, y que multiplique las beneficiosas interdependencias económicas entre el trasvase y el resto de la economía del Sureste. Decía, se trata, en suma, de una auténtica política de desarrollo regional adaptada a las exigencias de futuro, en donde –sin mengua de obtener adecuadas producciones agrarias- el centro de gravedad de este desarrollo, tanto en valor de la producción como en la población activa, se desplaza al sector industrial y al de los servicios.

La adecuada planificación en el ámbito agrario –objetivo inmediato y de gran incidencia en la operación trasvase- exigía un conocimiento profundo y detallado del medio natural y, especialmente, de sus factores edafológicos, agrobiológicos y climáticos. Las oportunidades industriales como consecuencia del trasvase se estudian de una manera detallada para las actividades directa o indirectamente relacionadas con el complejo industrial del valle de Escombreras, complejo estratégicamente situado y cuya ampliación aparece como decisiva para el futuro de la región, y añade, de la consideración especial que ha merecido la industria de este complejo no significa que la Comisión no haya evaluado también las posibilidades reales que presentan Alicante, Albacete y Almería cara a su industrialización, de enorme importancia en la primera y prometedora en algunos sectores en las otras dos.

La previsión de los servicios de todo orden –exigidos por una expansión económica de tal importancia- se recoge en los capítulos finales sobre infraestructuras, educción y turismo. En el primero de ellos –infraestructuras- se fijan necesidades y objetivos para abastecimientos y saneamientos, viviendas y transportes. No es necesario resaltar la enorme importancia de estos subsectores como auténticos soportes de toda la actividad económica productiva y como factores constitutivos de las nuevas formas de vida y de asentimiento urbano que lleven consigo la mejora de los niveles de renta.

Por su relevancia para entender algunos de los posteriores problemas de la Región de Murcia, parece necesario rememorar algunos de los datos que se recogían en este Plan, que no llegó a desarrollarse dados los cambios políticos que se produjeron, que permitieron la vuelta a este país de la democracia y la libertad para todos, entre ellos las carreteras, decía tienen que cumplir fundamentalmente dos objetivos: la integración del territorio y el soporte de la actividad económica.

Desde el punto de vista de integración del territorio, el Sureste tiene un nudo central de comunicaciones en Albacete, desde donde se distribuye el tráfico hasta las principales ciudades del Sureste, Alicante, Murcia, Cartagena, entre Albacete y las ciudades citadas se encuentran todos los núcleos importantes, a excepción de Elche y Alcoy. Solo Almería queda fuera de la malla de comunicaciones del Sureste con el centro de España. Desde el punto de vista del soporte de actividad económica hay que considerar que el Sureste tiene, como es bien sabido, sus mejores mercados en los países europeos y en las grandes ciudades españolas de Madrid, Barcelona y el País Vasco. El área necesita, para su desarrollo de los ejes de comunicaciones directos con Madrid y el corredor mediterráneo.